El adoctrinamiento en la Argentina no es algo reciente ni se trata de casos aislados; de hecho, los ejemplos abundan a lo largo de nuestra historia. El sistema educativo está totalmente politizado y desactualizado, y tanto alumnos como docentes son rehenes de esta situación.
La construcción sesgada de nuevas realidades o, dicho de otra forma, la mentira que decora el relato kirchnerista, es lenguaje corriente en los Institutos que hoy forman a nuestros docentes. Cada aspirante a convertirse en quien acompañará el desarrollo de nuestros hijos en el aula se somete, a veces sin darse cuenta, a un verdadero “hackeo” de su cerebro.