El 2022 fue un año record en piquetes, superando los 9000 cortes a lo largo del año. Simultáneamente suceden todos los días, en diferentes puntos del país, y especialmente en nuestra ciudad. A pesar de que esto ya es moneda corriente, las fuerzas de seguridad no tienen un protocolo de actuación claro sobre cómo proceder en estos casos.
Pasan las horas, prendemos la tele y vemos miles de imágenes desafortunadas: gente peleandose en la calle, nuestra ciudad sucia y rota, la policía deteniendo a personas que quieren circular, conflicto entre vecinos y piqueteros
¿No será esto evitable? ¿No podrían convivir, el derecho a manifestarse con el derecho de transitar libremente por la ciudad?
Ningún derecho es absoluto, sino que todos están limitados por los derechos de los demás. El derecho a la protesta es legítimo, pero esto no quiere decir que se pueda ejercer indiscriminadamente y pisoteando los derechos, igual de legítimos, de otros ciudadanos.
Este proyecto busca regular el derecho constitucional a la huelga para que las marchas puedan transcurrir en un marco de respeto y libres de violencia. Y sin privar a los millones de argentinos que a diario se desplazan por CABA de circular libremente.