Crisis educativa: ¿de verdad importa?

En medio de una de las peores crisis sociales y económicas de nuestro país, y en particular con un sistema educativo público que camina para atrás como el cangrejo, veo algunas luces de esperanza que me hacen pensar que no todo está perdido. Cada día hay más señales de que las ideas liberales dejan el formato 2D, salen de los libros teóricos y gradualmente comienzan a tener profundidad, vivir en tercera dimensión, en la forma que las personas percibimos la realidad.

 

 

Intercambios entre académicos, líderes de opinión y funcionarios públicos con aspiraciones presidenciales sobre el rol del Ministerio de Educación y el sistema de vouchers, debería estar poniendo un poquito nerviosos a los que lucran políticamente con la educación pública desde sus cargos.

 

Mientras el Estado sigue destinando miles de millones de pesos en escuelas públicas y no aranceladas, donde no hay resultados desde hace décadas, los chicos siguen siendo rehenes de un sistema centralizado, monopolizado por el gobernante de turno, burocratizado en todos sus aspectos, con actores mafiosos que impiden cualquier reforma, incluso las que ya se ha demostrado que son casos de éxito en muchos países del mundo. Un status quo que fue defendido, hasta hace muy poquito, por el 100% de los gobiernos. De algo estoy segura, quien sigue protegiendo este sistema, es cómplice de arruinar el futuro de nuestros jóvenes.

 marinakienast.com.ar – Todos los derechos reservados.