En estas elecciones, la Ciudad de Buenos Aires no elige simplemente representantes: define su destino. Se enfrenta a una disyuntiva clara entre dos modelos. De un lado, el modelo del populismo que gobernó el país durante las últimas dos décadas, ese que nos dejó inflación, pobreza y estancamiento. Del otro, el modelo de la libertad que empieza a mostrar sus frutos a nivel nacional y que ahora busca llegar a la Ciudad para profundizar el cambio.